Tras los resultados obtenidos por los partidos políticos en estas elecciones municipales y autonómicas, habiéndose cumplido los pronósticos de las últimas encuestas electorales, aún nos queda por ver si de aquí a las elecciones generales los partidos han sacado conclusiones que puedan reorientar sus medidas de cara al ciudadano. Mientras que según el PP estos resultados son determinantes para las generales y algunos ayer ya pedían un adelanto de las elecciones generales, Zapatero justificaba la derrota socialista por la crisis económica, pero en su comparecencia no hizo alusión alguna al posible voto de castigo a los socialistas por no haber sabido gestionar correctamente la mencionada crisis. Son las distintas varas de medir que se utilizan por la casta política y que sustentan un sistema maniqueo, duramente criticado por ese movimiento de indignación que intentaron silenciar y desvirtuar desde los dos partidos mayoritarios, lo que se ha conocido como el 15M.
Después de escuchar a los líderes de ambos partidos, podemos vislumbrar que no están por la labor de tomar nota sobre peticiones como la ley de financiación de partidos, la reforma de la ley electoral y de la función pública.
Lo que es indiscutible es que los madrileños pagaremos 20.000€ por escaño conseguido en la Asamblea de Madrid a cada partido político, es decir, un total de 2.580.000€, que se repartirán así:
- PP= 1.440.000€
- PSOE= 720.000€
- IU-LV= 260.000€
- UPD= 160.000€
Son precisamente PSOE y PP los partidos más acomodados en un sistema en el que el ciudadano cada vez se siente menos escuchado y menos representado, y de ahí que nos temamos que tras la aplastante victoria del PP en Madrid, las políticas de privatización de los servicios públicos se volverán quizá más feroces, por lo que pronosticamos que no llegan buenos tiempos para los empleados públicos de nuestra región: veremos incrementadas las amenazas constantes de lo que Aguirre ha bautizado como “su liberalismo”.
Tampoco podemos ignorar que sorpresas como que los municipios afectados por la trama Gurtel hayan dado el poder a los dirigentes populares y hayan apoyado simultáneamente a la nueva fuerza política nacional, el partido liderado por Rosa Díez, son cuestiones a analizar con detenimiento. Aunque se conozca que en los municipios el voto está condicionado por las personas y sus relaciones sociales, más allá que por la ideología del partido por el que concurre, es importante valorar la necesidad de cambio que pide un amplio porcentaje del electorado. De igual forma es necesario reflexionar sobre las movilizaciones que en la última semana de campaña han venido a manifestar que un amplio porcentaje del electorado no está de acuerdo con el sistema: lo han demostrado con los votos en blanco, nulos y la abstención, aunque algunos se empeñen en justificarlo como “despiste y pasotismo de ciertos ciudadanos”. No hay más ciego que el que no quiere ver, y los más de 12 millones de ciudadanos que no han votado, se convierten ahora en la dama blanca de la que no se habla por los grandes partidos.
En la Comunidad de Madrid es un 31,67% y ese porcentaje no puede achacarse por completo a la desidia de los ciudadanos que no se consideran estómagos agradecidos ni de unos ni de otros.
